martes, 26 de agosto de 2014

JUEVES SANTO, La Amagura

Antigua, Pontificia, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental de Dios, Ánimas, Concepción y Cofradías de Nazarenos del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Amargura.

 
 
 
 
 
 
 
 
*Hermano mayor: Teodoro Jiménez Serrano
 
* Nº de hermanos:
 
* Nº de hermanos nazarenos:
 
* Túnica de paso de cristo: Túnica blanca de cola con cinturón de esparto, botonadura azul, escudo de
   la hermandad  en el antifaz y sandalias color marrón
 
* Túnica paso de palio: Túnica blanca de cola con cinturón de esparto, botonadura azul, escudo de
   la hermandad  en el antifaz y sandalias color marrón
                                                                               
 
 
 
 

                                                        HISTORIA

 
La popularmente conocida como “Hermandad de la Amargura” es en realidad el resultado de las sucesivas fusiones de distintas Corporaciones establecidas canónicamente en la parroquia de San Sebastián. Así, en primer lugar, ha de mencionarse la Hermandad Sacramental (siglo XVI). Con posterioridad, se fundan la Hermandad de Ánimas y la Hermandad de la Concepción, de las que sólo cabe dar una datación aproximada (siglos XVI-XVII). Estas tres Hermandades se fusionaron en una sola a principios del siglo XIX (1819). Ya en la centuria posterior (1939), se funda la Hermandad de penitencia del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Amargura, que años más tarde se fusionó a su vez con la entonces Hermandad Sacramental, Ánimas y Concepción (1949). Se trata, pues, de cuatro Hermandades originarias que se encuentran reunidas en el momento presente en una única Corporación, que cuenta con una dilatada historia y es heredera y depositaria de una secular forma de manifestación y vivencia de la fe cristiana en Alcalá.
A continuación se ofrece una somera noticia del pasado de las distintas Hermandades reunidas en la actual Corporación. Los datos de las Corporaciones más antiguas, ciertamente muy escasos, proceden fundamentalmente del Archivo del Palacio Arzobispal de Sevilla y de la obra de nuestro insigne paisano el Padre Leandro José de Flores, cura que fue más antiguo del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, titulada “Memorias históricas de la villa de Alcalá de Guadaira”. Como habrá oportunidad de comprobar, en el caso de las tres primeras Hermandades se trata de una relación fragmentaria, sustentada sobre la base de los pocos testimonios existentes.
 
 

                                        HERMANDAD SACRAMENTAL

 
La Sacramental de San Sebastián es seguramente la Hermandad más antigua de Alcalá de Guadaira. De su existencia hay ya noticias en la primera mitad del siglo XVI. En efecto, el documento más antiguo que se conserva es un testimonio notarial de 1562 solicitado por Bartolomé de Carmona, clérigo presbítero de la Iglesia de San Sebastián ante el notario Francisco Núñez Vasurto y el M. Rvdo. Sr. Vicario Santiago Bohórquez. Por este documento el citado sacerdote pretendía demostrar que en la villa de Alcalá de Guadaira no existía Hermandad del Santísimo Sacramento que tuviese bulas ni gracias concedidas, salvo las que estaban concedidas a la de San Sebastián, y de que tenía hecha presentación ante el lustre Señor Provisor de Sevilla. Fueron testigos Pedro de Escobar, clérigo presbítero, beneficiado, de sesenta y un años; Pedro de Carmona, cura de Santa María, de cuarenta años; Diego de Alanís, cura de Santiago, de cuarenta y seis años, y Francisco Rodríguez, clérigo, cura de San Miguel. Declararon dichos testigos no haber otra bula ni gracia; y como la agregación a la Minerva no se concedía a dos en un pueblo, parece que fue por esto por lo que se realizó la información citada.
Igualmente indica el Padre Flores que existían dotaciones a favor de la Sacramental en el siglo de 1500 y que en 1602 y 1622 había octava de Corpus. Por lo demás, en la Hermandad se conserva un libro titulado “Protocolo de los tributos que tiene la Cofradía del Santísimo Sacramento de San Sebastián de Alcalá de Guadaira. Año 1689”. En dicho libro se relacionan memorias, donaciones, censos y fundaciones pías a favor de la Hermandad, datando las más antiguas de 1575. Igualmente se sabe que el 12 de abril de 1601, por escritura pública se cedió a la Cofradía del Santísimo Sacramento de San Sebastián una casa en la calle Mairena. Dicha cesión fue realizada por los esposos Don Melchor Tirado y Doña Juana López, en cumplimiento de la voluntad de Doña María Ruiz, madre de Doña Juana. La donación se realizó a perpetuidad con la condición de que la Hermandad Sacramental corriese con los gastos de entierro de Doña Juana y de su hija Leonor, y de que cada año se celebrase una misa cantada en sufragio por su alma en la Octava de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora, con ministros, caperos, sacristán y organista.
Asimismo, explica el Padre Flores que la Hermandad del Santísimo expuso al Sr. Provisor que, estando Su Divina Majestad en un altar sin capilla, quería hacerla nueva y que se enterrasen en ella sus hermanos. El Sr. Vicario informó con el Mayordomo el 15 de noviembre de 1660 que no perjudicaba esta obra a la Iglesia, antes era de mucho ornato y estaría el sagrario con más decencia y se podía conceder el enterramiento pagando ocho reales cada uno que se enterrase para la fábrica y cuatro si era cuerpo pequeño; mas si se enterraban con caja habrían de pagar el doble; y que la Hermandad por la concesión del sitio pagase a la fábrica diez libras de cera el Jueves Santo para poner alrededor de la custodia en el Monumento y la que fuera menester para las vísperas en la Octava de Corpus, en que está manifiesto el Santísimo. El 19 de noviembre de 1660 concedió la licencia el Sr. Provisor y se otorgó la escritura con las condiciones del informe el día 22 siguiente ante Domingo de Castro, diciéndose en ella que el sitio estaba en la misma Iglesia y lindaba con el altar de las Benditas Ánimas.
 

                                     HERMANDAD DE ÁNIMAS

 
Se trata de la Hermandad con menor número de referencias. En todo caso, se sabe de su existencia en 1662, fecha en que se llevó a cabo un frustrado intento de fusión con la Hermandad Sacramental y con la Hermandad de la Concepción. Probablemente la Hermandad de Ánimas existiera ya en el siglo XVI, pues el padre Flores señala que contaba con dotaciones a su favor en el siglo de 1500. En concreto se citan fundaciones de 1590.
A lo anterior cabe agregar que el padre Flores indica que, frente a la capilla dedicada al Santísimo Sacramento y a la Inmaculada, se encontraba, en la otra nave de la epístola, la Capilla de Ánimas con el siguiente rótulo: “Siendo mayordomo de las benditas Ánimas Felipe Casado y Diego López, se hizo el retablo del Sr. San Cayetano y adorno de esta capilla a solicitud de su depositario Francisco Bulnes, año de 1773”.
En el estreno de esta capilla y de la dedicada al Santísimo Sacramento y a la Inmaculada hubo fiestas solemnes y aun de toro en plaza de San Sebastián. Se hizo el juego particular de faroles con jeroglíficos de la Virgen para el Rosario de gala que salía por las noches con música y otra de tambora e instrumentos militares.
 

                HERMANDAD DE LA INMACULADA CONCEPCION

Las informaciones más antiguas de la Hermandad de la Concepción se remontan a principios del siglo XVII. Se trata de una concesión de indulgencias del papa Paulo V, fechada en julio de 1611, que se encuentra recogida en un pergamino de gran mérito artístico. Por consiguiente, la Hermandad había de existir con una cierta anterioridad (siglo XVI), ya que Roma le concedía los mencionados privilegios. En el mismo legajo del Archivo Diocesano se encuentra documentación sobre un pleito que en 1613 la Hermandad de la Concepción mantuvo con la Hermandad de la Purísima de la Parroquia de Santiago.
Debe tenerse presente que en la Sevilla del siglo XVII estalló con inusitada fuerza un fervoroso movimiento inmaculista. En 1613 los templos y las calles resonaron intensamente con las voces “María concebida sin pecado original”. También en Alcalá este movimiento tuvo importante eco, sumándose la Hermandad de la Concepción a esta piadosa creencia, más tarde proclamada como dogma de fe en 1854. De aquella época arranca la costumbre de celebrar la festividad de la Inmaculada con el voto o promesa de defender dicha creencia posteriormente dogma de fe, como se ha dicho hasta el derramamiento de la propia sangre, si fuera preciso.
Mención especial merece la bellísima imagen de la Inmaculada, tristemente perdida en el incendio del templo de 1936. Según tradición oral recibida de Don Manuel Alba Ramírez, hombre de profunda fe y amor a Jesús Sacramentado, la imagen de la Inmaculada Concepción, obra singular del escultor Duque Cornejo, fue adquirida a principios del siglo XVIII en un convento de Sevilla, sito en la calle Bustos Tavera, por un grupo de panaderos de los que a diario se trasladaban a Sevilla con su mercancía. Se reunieron estos hombres en el pilar en que se abrevaban sus caballerías, que hasta no hace mucho existió en la calle Oriente. Desde allí partieron hacia Alcalá, llevando a la imagen en un carro tirado por las mismas caballerías que les servían para hacer el reparto del pan. La imagen se transportó tendida sobre unas mantas y durante el recorrido hasta Alcalá vinieron estos piadosos panaderos rezando los misterios del Santo Rosario.
Se conoce además, según cuenta el padre Flores, que el retablo en que se encontraba la Inmaculada se doró y estofó modernamente en relación con la fecha en que el padre Flores escribe (1833-1834) según el rótulo que tenía en su arco: “Siendo mayordomo de la Hermandad de Nuestra Señora de la Concepción Juan Luis Díaz Pescueso, se doró y se estofó esta capilla a solicitud de su depositario Francisco Bulnes”.
En fin, en el archivo de la Hermandad se conserva un libro que lleva por título “Quentas e Inventarios de la Hermandad de la Concepción de San Sebastián de Alcalá de Guadaira. Julio 1758, siendo Mayordomos Diego Álvarez Trigo y Juan Moreno el Menor Díaz”. Se trata de un documento enormemente revelador, pues su lectura permite conocer tanto los enseres y pertenencias de la Hermandad como los cultos que llevaba a cabo.
 
     FUSION DE LAS HERMANDADES, ÁNIMAS, SACRAMENTAL Y DE LA CONCEPCIÓN
 
Se sabe que un primer intento de unión tuvo lugar en el siglo XVII. En efecto, en 1662, Pedro Moreno, mayordomo de la Hermandad Sacramental, solicitó al Arzobispado licencia para unificar dicha Corporación con la Hermandad de Ánimas y con la Hermandad de la Concepción, sitas en la misma parroquia de San Sebastián. La resolución favorable se dictó el 16 de marzo de aquel año. Posteriormente, en 1665 el diputado de las tres Hermandades reunidas en 1662 solicitó al Arzobispado la anulación de un cabildo celebrado por algunos hermanos por no contarse con la concurrencia obligada. De los autos se desprendía que las cofradías reunidas aún no habían acordado Ordenanzas para su gobierno, de lo cual derivaba la ilegalidad del cabildo anterior. Por esta razón, el Sr. Provisor ordenó que se hicieran nuevas elecciones. Finalmente, las Ordenanzas se acordaron el 8 de julio de 1665, si bien la fusión no llegó a formalizarse definitivamente por motivos que se desconocen.
Sí se consumó, en cambio, la fusión acordada a principios del siglo XIX. Anteriormente nos dice el padre Flores que se habían recogido las Reglas antiguas de las tres hermandades por la Audiencia de Sevilla como por los años 1780, no habiéndose tenido presentes para la formación de las nuevas y fijar la época de la fundación de cada una de ellas. Por fin, el 18 de noviembre de 1816 “quedaron arregladas y uniformadas las Ordenanzas de las tres Hermandades, reunidas en Cabildo General de todas tres”. Más tarde, el 2 de julio de 1817 se emitió dictamen sobre las mencionadas Ordenanzas por el Fiscal de S. M. el Rey, sin encontrarse en ellas “cosa que se oponga a las buenas costumbres ni a las Regalías del Soberano”. Estas reglas, que se conservan en el archivo de la Hermandad, fueron aprobadas el 7 de noviembre de 1818 por el Ordinario y el 6 de noviembre de 1819 por el Consejo de Castilla. La unión de estas tres hermandades, “sin perjuicio de la antigüedad que tengan o puedan tener”, se solemnizó el domingo 27 de agosto de 1820 con una función de acción de gracias, predicada por el padre Leandro José de Flores. Al ofertorio de la Misa se hizo voto de Concepción en manos del celebrante, no sólo por los hermanos, sino también por la mayor parte del vecindario que concurría y por el Ayuntamiento, que solemnizó con su asistencia la función de la mañana y las vísperas y procesión de la tarde, que con S. M. en la custodia de Santiago (o de Santa María) se hizo por la calle del Monte hasta la plaza de las Carnicerías, volviendo por la de La Plata y Hartillo a la parroquia. Hubo música, luminarias y fuego.
En 1821 se consiguieron del papa Pío VII numerosas gracias, indulgencias, jubileos y altares privilegiados, y la reunión con la Buena Muerte y Minerva de Roma. Al efecto se previno que se presentaran todos los breves y escritos a la Comisaría General de Cruzadas. Puesto el pase correspondiente el 3 de diciembre de 1821, la documentación llegó a nuestro pueblo el 8 de diciembre siguiente. Relata el padre Flores que “habiendo llegado a esta villa el día 8 de diciembre antes de principiarse la función a Nuestra Señora, se anunciaron al pueblo dichas gracias por él mí el predicador. A la noche salió el rosario de gala con música y con la imagen de la Concepción en su paso, subiendo hasta el Barrero y bajando hasta los cantillos de San Juan de Dios, colgada toda la estación y usándose cohetes y ruedas de fuego”. .
También por el padre Flores se sabe que estas Hermandades tenían esquila propia en la torre que había sobre la capilla de Concepción; mas en la obra de 1831 se quitó y mandó poner en la torre de la parroquia. A lo cual nuestro ilustre paisano agrega que se contaba con aparato para las funciones de iglesia en altar mayor con corona imperial que donó D. Álvaro Ortiz Tamayo y varias alhajas de plata cedidas por D. Juan Baso Báñez de Tejada y Dª Catalina Melgarejo. En fin, la hermandad de Concepción, entonces ya fusionada con la Sacramental y con la Ánimas, continuaba la devoción diaria del rosario a prima noche, teniendo también las mujeres su congregación bajo este título y con el mismo objeto.
Durante el resto del siglo XIX la historia de la Hermandad prosigue con la celebración de los cultos establecidos en las reglas, entre los que destaca la solemne función anual en honor de la Inmaculada, con asistencia de autoridades y fieles. De esta época se conserva un inventario de 13 de noviembre de 1873 y el libro de asiento de hermanos y hermanas, desde 1863 hasta los primeros años del siglo XX.
En 1904, con motivo del L Aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción por Pío IX hubo procesión con la imagen de la Virgen sobre unas parihuelas, haciendo estación de penitencia en la Iglesia del Convento de Santa Clara para que fuera venerada por la Comunidad de Franciscanas Clarisas. Por dificultades debidas a las gradas que hay en la puerta de la mencionada Iglesia y por temor a que la imagen se cayese, hubo necesidad de colocar las parihuelas en el suelo y de deslizarlas por el pavimento.
En 1929, siendo Hermano Mayor el insigne alcalareño D. Agustín Alcalá y Henke se celebró también una solemne procesión con la imagen de Nuestra Señora con motivo del LXXV aniversario del Dogma de la Inmaculada Concepción el 22 de diciembre a las tres y media de la tarde. La Hermandad del Santo Entierro facilitó uno de sus pasos. La procesión salió por la puerta del templo que existía hacia la calle San Sebastián, subió hasta el Barrero y bajo hasta el Ayuntamiento, que asistió corporativamente.
Poco después la historia de la Hermandad conoce graves desgracias, que terminan por sumirla en un período de profunda crisis, que se salvó con la fusión con la Hermandad de penitencia (1949), como más adelante se dirá.
Así, en la madrugada del 18 de julio de 1936 moría asesinado el que fuera su Hermano Mayor, Don Agustín Alcalá (1892-1936). Don Agustín era doctor en Derecho, si bien su trayectoria profesional discurrió en el ámbito agrario, especialmente en el negocio aceitunero a través de la firma “García Alcalá y Compañía”. Como empresario destacó por su moderna visión del negocio de la aceituna de mesa, pues inició su explotación industrial mediante almacenes de aderezo tan populares en Alcalá durante décadas que destinaban su producción fundamentalmente a la exportación al mercado norteamericano. Don Agustín creó numerosos puestos de trabajo y mostró una especial preocupación social, en línea con la doctrina de la Iglesia. Estuvo siempre dispuesto a atender las legítimas reclamaciones de los trabajadores y se mostró en todo momento proclive a la superación de conflictos mediante la negociación y el diálogo. La noche del 17 de julio de 1936, mientras se encontraba acompañado de unos amigos en el casino que se hallaba en la calle Nuestra Señora del Águila, frente a la casa donde nació según atestigua la lápida allí colocada, recibió tres disparos por la espalda de unos desconocidos que se dieron a la fuga. Trasladado urgentemente a Sevilla, falleció a la una de la madrugada siguiente habiendo perdonado antes a sus enemigos. Sus restos se encuentran sepultados en la Capilla del Sagrario de San Sebastián, cuya reconstrucción fue sufragada por la Asociación de Exportadores de Aceituna de Mesa de Sevilla en memoria de Don Agustín, que durante años fue su Presidente. En 1986, al cumplirse el cincuenta aniversario de su muerte, se celebró en la Capilla de los Salesianos un acto en memoria de Don Agustín gracias a la iniciativa de Don Francisco Caraballo.
Por lo demás, la madrugada del 19 de julio se produjo el incendio de los templos de nuestra ciudad, entre ellos el de la parroquia de San Sebastián, que quedó únicamente con sus muros y con su torre espadaña. Prácticamente todo el patrimonio de la Hermandad desapareció, pues sólo se salvó la esquila que estaba en el adosado de la torre; la corona imperial de plata, por encontrarse depositada en el domicilio de un hermano y el viril de plata, en cuya base se encuentra la siguiente inscripción: “Se hiso este relicario siendo Mº Alonso García Miren e Iván Ballesteros – Año 1713”. Este viril se salvó providencialmente, al quedar protegido por otros elementos que le cayeron encima durante el incendio. Fue descubierto entre los escombros por el celoso sacristán D. Miguel Comesaña y posteriormente se procedió a su restauración. Sin duda, la pérdida más lamentable para la Hermandad consistió en la destrucción de la bellísima talla de la Inmaculada obra de Duque Cornejo.
 

                           FUNDACION DE LA HERMANDAD PENITENCIAL

 
Tras una serie de conversaciones informales entre un grupo de amigos, de las que cabe destacar por su importancia la celebrada en el taller de D. Manuel Pineda Calderón, se celebró una reunión en el mes de abril de 1939 en la casa número 20 de la calle Gutiérrez de Alba, donde a la sazón hubo de trasladarse provisionalmente la sede de la Parroquia de San Sebastián por causa del incendio del templo acaecido en julio de 1936; reunión aquélla que puede considerarse el momento de nacimiento de la Hermandad.
Bajo la presidencia del entonces párroco Don Juan Otero, que acogió la idea con entusiasmo y siempre prestó su apoyo, asistieron –y presentamos la relación aún a riesgo de cometer alguna imprecisión- D. Diego García Lara, D. Félix Garrido Díaz, D. Francisco José Portillo Rodríguez, D. Antonio Ruiz Ruíz, D. Manuel García Casado, D. Jesús Hernández San Miguel, D. Manuel Pineda Calderón, D. Alejandro Ojeda Oliveros, D. Joaquín Espinar Antúnez, D. Antonio Ruiz Bono, D. Manuel García Galindo, D. Francisco Ramírez Rivas, D. Ceferino Álvarez Espinar, D. Antonio Ordóñez Romero, D. Manuel Silva Álvarez y D. Enrique Martín Rodríguez.
Del citado encuentro surgió el firme propósito de constituir una Hermandad de Penitencia, y se eligió una Comisión que, bajo la presidencia de D. Félix Garrido Díaz, se encargaría de los trámites encaminados a la obtención de la aprobación eclesiástica, así como de la adquisición de los primeros enseres
El primer acuerdo adoptado fue el título que había de darse a las imágenes titulares, siendo para el crucificado el de Santísimo Cristo del Amor Misericordioso (que sería solo Cristo del Amor desde 1949, por indicación de la autoridad eclesiástica) y el de la Virgen, María Santísima de la Amargura. Amor Misericordioso por haber existido en la Parroquia de San Sebastián por el año 1600 una cofradía llamada de las Angustias en la que se veneraba un Señor crucificado denominado de la Misericordia, el cual fue destruido durante el incendio de la  Parroquia de julio 1936, Una vez tomado este acuerdo, se procedió por dicha Junta Provisional a la realización de una colecta entre los asistentes, recaudándose así los primeros fondos de la Hermandad.
En cuanto a la túnica, dado que la jerarquía no hacía imposición alguna al respecto, se decidió que fuera de color blanco y cola, botonadura azul y el escudo de la Hermandad en el antifaz; escudo formado con la Cruz de San Juan, rodeada de una corona de espinas, que sería modificado tras la fusión con la Sacramental y adquiriría su forma definitiva en 1985; finalmente, el cincho de esparto en su color natural.
Desde ese día empieza la verdadera labor de cofrade, engrosándose de tal forma el libro de hermanos que a las pocas semanas se contaba con más de trescientos.
En el complejo entramado jurídico se contó con la inestimable ayuda de D. Avelino Esteban Romero, sacerdote que después predicó brillantemente en los cultos hasta en siete ocasiones y que por entonces desempeñaba sus funciones en el Palacio Arzobispal. Gracias a la amistad y paisanaje que le unían con uno de los fundadores, brindó consejo e inspiración. En cuanto a las reglas, se tomó como modelo las de la cofradía del Museo, que además ofreció su colaboración en otros aspectos, aunque obviamente se realizaron las debidas adaptaciones.
Por fin, el 8 de agosto de 1940, la autoridad eclesiástica otorga el decreto de erección canónica. El día 25 del mismo mes, con motivo de la procesión de la Virgen del Águila sale la primera representación oficial de la Hermandad con su estandarte, encargado a sus expensas por D. José Calderón Hermosín y confeccionado con bordado en oro en el sevillano convento de las Hermanas Adoratrices.
En Cabildo General Ordinario de 26 de agosto se eligió la primera Junta de Gobierno, formada por los señores que a continuación se citan:
Hno. Mayor:    D. José Becerra Otero.
 

 
 
 

                                    IMAGEN DEL SANTÍSIMO CRISTO DEL AMOR









Esta Sagrada Imagen fue sufragada por la Hermandad y encargada al escultor sevillano D. José Gragea Solís, siendo bendecida por el sacerdote Director del Reformatorio de menores D. José Subiela y Balaguer en la Parroquia de Santiago de nuestra ciudad el 28 de Marzo de 1941, Viernes de Dolores. Posteriormente, en 1950 fue reformada por completo por el escultor alcalareño y hermano de nuestra Hermandad hasta su fallecimiento, D. Manuel Pineda Calderón. En 1981 fue restaurada y reencarnada por el afamado restaurador sevillano D. José Rodríguez Rivero-Carrera.

 

 

             IMAGEN DE MARIA SANTÍSIMA DE LA AMARGURA




La venerada Imagen de Ntra. Sra. de la Amargura fue realizada por Manuel Pineda Calderón a encargo y costes de los hermanos Dª. Paulina y D. Bernardo Hermosín Ballesteros, en memoria de sus padres y hermana Dolores fallecidos. Fue bendecida el 28 de Diciembre de 1940 por el párroco de San Sebastián, D. Juan Otero.
 
 
 

                                       IMAGEN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARIA

 

 

 

 

 

 

Esta portentosa Imagen fue realizada por el escultor D. Sebastián Santos Rojas por encargo de la asociación de exportadores de aceitunas en memoria del que fue su presidente y hermano mayor de esta corporación cuando fue asesinado el 16 de Julio de 1936, D. Agustín Alcalá y Henke. Sustituyó a la original de Pedro Duque Cornejo que fue destruida en el incendio de la Parroquia de San Sebastián ocurrido el 17 de Julio de 1936.

 

 

 

 


                                                    IMAGEN DE SAN JUAN EVANGELISTA













Es obra de D. Manuel Pineda Calderón (1942) y fue donada por Dª. Salud Gutiérrez, Vda. de D. Rafael Beca Mateo. En 1996 fue restaurada por D. José Rodríguez Rivero-Carrera.



                                                                    CUADRO DE ÁNIMAS











El actual Cuadro de Ánimas fue bendecido el 22 de Octubre de 2010 por el Vicario General del Arzobispado de Sevilla, D. Teodoro León Muñoz, reponiendo así la Hermandad el retablo perdido en el incendio provocado en 1936 en nuestra Parroquia. La pintura al óleo sobre lienzo de 2,00 x 3,84 m, fue realizada por el hermano de la corporación D. Miguel Ángel Márquez Pérez. La ejecución de los trabajos de carpintería y talla en madera de cedro del marco fueron ejecutados por D. Manuel López Duarte, según el diseño original de D. Francisco de Paula Rodríguez Porras. Las labores de dorado en oro fino del fueron confiadas al sevillano taller de “Manolo y Antonio Doradores”.

 

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